miércoles, 25 de diciembre de 2013

LA LUCHA POR LA SOBERANÍA ALIMENTARIA Y LA SABANA DE BOGOTÁ

Minga de trabajo Red por la Soberanía Alimentaria Raíces de la Sabana/Vereda Los Arboles/Madrid-Cund/

Por: Creciente Popular


La expansión de la lógica de acumulación capitalista a nivel mundial no solo ha traído consigo muertes por causa de la guerra y la invasión a países ricos en recursos energéticos, sino que también se ha traducido en una profunda crisis humanitaria derivada del precario acceso a alimentos de una gran parte de la población mundial, condenada al hambre, a la malnutrición y al padecimiento de enfermedades relacionadas con la mala alimentación. En ese sentido, Colombia y en particular la Sabana de Bogotá no han sido la excepción, sino más bien un ejemplo de lo que el capital puede hacer con un territorio y su producción agroalimentaria.

Según la FAO, (1) en el 2010 las cifras mundiales de hambre crónica rondaban los 925 millones de personas. Paradójicamente, las políticas que promueve este organismo a nivel mundial parecieran dar cuenta de un interés en perpetuar esta realidad y no en combatirla. Esto tiene una causa bien clara: esas políticas y en general la economía alrededor del campo no están planteadas sobre la base de las necesidades de la población, sino sobre los intereses de grandes conglomerados económicos y multinacionales que controlan la producción, distribución, comercialización, procesamiento y consumo de alimentos.

Alrededor de 50 empresas transnacionales tienen el control mayoritario sobre estos campos y han desplegado una cantidad de marcas que así lo demuestran; entre las más fuertes se encuentran Nestlé, Kraft, Pepsico, Unilever, Coca Cola, las que a su vez controlan otras empresas encargadas de las demás ramas en el sistema agroalimentario y que han monopolizado aproximadamente el 85% de la producción mundial de cereales.

La brecha entre países del “primer y tercer mundo” ha condenado a naciones como Colombia a la dependencia alimentaria, la cual se ha dinamizado con la expropiación violenta y ‘legal’ de las tierras y, en general, de los medios de producción necesarios para garantizar la alimentación del pueblo. Para el 2010, en Colombia el 0.5% de los propietarios tenían algo más del 65% de la tierra.

La agroindustria se ha abierto paso a través del modelo del siglo XX de la Gran Hacienda, producto de la época de la violencia y de millones de familias desplazadas que han hecho “crecer” demográficamente a Bogotá y a sus municipios cercanos.

Los ejemplos para ilustrar el problema en Colombia resultan diversos. Por un lado, en varias zonas del país los cultivos de palma africana o aceitera han sustituido una buena cantidad de producción alimentaria, lo mismo ha sucedido con la caña, maderables, proyectos minero-energéticos e hidroeléctricos, como son los ya renombrados casos de la Pacific Rubiales en Puerto Gaitán (Meta), las hidroeléctricas en el Quimbo (Huila) y en Ituango (Antioquia) y por supuesto, la predominante producción ganadera que se asienta mayoritariamente en manos de latifundistas o narcotraficantes (aunque la línea divisoria no sea muy clara) y que en su conjunto se agrupan en Fedegan (2), distinguidos contradictores de la reforma agraria y de las luchas del campesinado colombiano. Hacia el 2009 se calculaba que los ganaderos eran dueños de más de 39 millones de hectáreas de suelo cultivable, en un territorio en donde 114 millones de hectáreas son de vocación agrícola, pero en donde apenas 5 millones son dedicados a la agricultura.

De tal manera, el “Plan de Desarrollo 2010-2014 Prosperidad Para Todos” es un evidente fomento del latifundio, expresado en la creación de las Zonas de Desarrollo Empresarial que se enfocan en garantizar que el monopolio de la agroindustria se quede en las pocas manos que han podido adquirir los medios de producción necesarios para este tipo de negocio. Las consecuencias ambientales de los monocultivos, los pesticidas, fungicidas y demás productos agrotóxicos son alarmantes, especialmente las relacionadas con la fertilidad del suelo, la contaminación de fuentes de agua y apropiación privada de las mismas, lo cual ha acelerado aún más la actual crisis ambiental en el mundo.

En este panorama, no es casualidad la puesta en marcha de los ya viejos planes de especialización de los territorios y en particular en la región Bogotá-Sabana. La perspectiva dada desde el plan Ciudad-región apunta a convertir estos territorios, ancestralmente cultivados, en el lugar ideal para el almacenamiento de mercancías (bodegas y parques industriales), la manufactura libre de impuestos (Zonas Francas); y sobre todo, para el aprovechamiento de su potencial en la producción agroindustrial de tipo exportación, sobre la base del latifundio, la explotación laboral y el monopolio agroindustrial.

De vieja data son los conflictos laborales y ambientales con las grandes empresas dedicadas a la producción de flores para la exportación, en las que extensas zonas cultivables son sobre explotadas durante años hasta su desgaste y, de paso, el de las mujeres y hombres que las trabajan. La utilización de la tierra para su producción tiende a agudizar con el tiempo la crisis alimentaria que ya vive la sabana y Bogotá.

No obstante, desde este territorio también se vienen pensando y construyendo formas de organización acordes con la realidad que vive nuestro pueblo, sustentados desde la propuesta política de la soberanía alimentaria, entendiendo a ésta más allá del mero plano de exigibilidad del derecho y llevándolo al plano de construcción de un nuevo enfoque sobre lo agroalimentario consecuente con las necesidades del pueblo.

Con las reflexiones puestas en distintos espacios de encuentro y articulación se delinearon algunos aspectos centrales en la lucha por el territorio y, en este sentido, se identificó la Soberanía Alimentaria como espacio estratégico en su potencial organizador y reivindicativo. Alrededor de este concepto, propuesto por primera vez en 1996 por Vía Campesina (3), se han comenzado a dar numerosas batallas en Bogotá y la sabana con procesos organizativos que reivindican la lucha por la tierra, el agua, las semillas; poniendo en cuestión todo un modelo agroalimentario agenciado por el capital y sus intereses.

Asumimos la Soberanía Alimentaria como una propuesta política, ética y organizativa para nuestras comunidades, que combina una profunda reflexión de la realidad de nuestro territorio, con la proyección organizativa de nuevos espacios de articulación. Las experiencias acumuladas por colectivos de jóvenes como Hilos y Semillas en Usme o el Colectivo Territorial Comancipar (Red Juvenil Itoco) en Madrid, pertenecientes junto con otras organizaciones a la Creciente Popular, dan cuenta de un interés cada vez mayor de la juventud por abanderarse de la lucha por la Soberanía Alimentaria y defender el territorio desde muchos otros campos y escenarios de lucha.
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1. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
2. Federación Colombiana de Ganaderos
3. La Vía Campesina es un movimiento internacional que agrupa a 150 organizaciones locales y nacionales en 70 países de África, Asia, Europa y América. En total, representa a alrededor de 200 millones de campesinos y campesinas. Esta organización es considerada hoy en día uno de los principales actores en los debates alimentarios y agrícolas. Es escuchada por instituciones como la FAO y el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

*Articulo publicado en la Edición 16 del Periódico Trochando Sin Fronteras, Medio informativo del Movimiento Político de Masas Social y Popular del Centro Oriente Colombiano./Diciembre 2013
En linea: http://issuu.com/trochandosinfronteras/docs/edicion_16_color/1?e=10253543/6052479


domingo, 17 de noviembre de 2013

LA MULTINACIONAL DOLE INVADE MADRID

Por: Red Juvenil Itoco-Creciente Popular
La multinacional Estadounidense DOLE FOOD COMPANY establecera una unidad industrial en el departamento de Cundinamarca, municipio de MADRID que ocupará una superficie cercana a los 40.000 metros cuadrados.
La DOLE que pretende configurar el monopolio de la produccion agricola en el Departamento, especificamente en los sectores de la produccion de hortalizas, frutas y vegetales, busca crear un centro de operaciones para importar todo este tipo de alimentos, eliminando la economia campesina y amenazando la soberania alimentaria.

El gerente de Proyectos de Dole, Iván Ramírez, citado en un comunicado por Proexport, indico que son 18 millones de dolares que se invertiran en la Bogotá region, pensando que en el largo plazo sera uno de los centros de exportaciones a Panamá y Venezuela.
La excusa de la DOLE, para ser bien recibida por los habitantes de Madrid, sera la de generar empleos en el sector agrícola, sin embargo son los beneficios al capital extranjero, y el valor de la mano de obra Colombiana lo que atrae a la Multinacional.
El plan se ancla con el MEGA (Modelo Empresarial de Gestión Agroindustrial) que pretende acabar con el campesinado y seguir fortaleciendo el nivel de dependencia frente a los alimentos.
Los beneficios economicos ofrecidos a la DOLE son bastantes hasta la misma Camara de Comercio de Bogota prestó su colaboracion,  sin embargo nunca le ha colaborado al pequeño productor, o a los trabajadores de la floricultura en sus luchas por conquistar mejores condiciones laborales.
Por estas razones, los habitantes de Madrid y toda la Sabana deben estar alerta ante la llegada de Multinacionales a su territorio, las zonas francas y otros beneficios que ofrece el Estado al capital extranjero, terminara por arruinar la pequeña economía, ordenando el territorio para el beneficio del gran capital, y en detrimento de las condiciones de vida de sus habitantes.

viernes, 4 de octubre de 2013

MADRID: ARTE, CULTURA Y RESISTENCIA EN APOYO AL CAMPESINADO COLOMBIANO

“Ya vienen voliando piedra en el Sosiego” decía una vecina que hacia las 3pm había sido informada por la policía, mientras en la plazoleta de la Cra 22 trabajadores, jóvenes y habitantes del municipio con tambores, flautas y arengas iniciaban el pasado 4 de septiembre el Olletazo Solidario Póngase la Ruana en la Sabana, una movilización artística y cultural convocada desde varias organizaciones de la región reunidas en el Encuentro Social y Popular Sabana. Su objetivo era claro: mostrar su apoyo al Paro Nacional Agrario y Popular que para ese momento ya completaba 16 días.



 “♫ ♪ Por la papa, por la tierra. Mi abuelita me enseño que me moviera ♫♪” iban arengando gran cantidad de personas; en el camión iba sonando carranga, música llanera, la música campesina con la que a diario alegran su trabajo millones de campesinos en Colombia. Luego de un pequeño pero sustancioso recorrido por el Sosiego, y de que a pesar del miedo y zozobra (creados antes de la movilización por la declaraciones irresponsables de la alcaldía y la policía, cientos de personas salieran de sus casas, se asomaran por la ventana, y mostraran tímidamente su apoyo; otras se unieron decididamente a la movilización y a la voces que exigían dignidad en las ciudades y los campos. Luego de recorrer la Calle 7ª y realizar algunas paradas artísticas con coplas, rap y poesía, la movilización culminó en la plazoleta municipal con la lectura del comunicado, mucha música y alegría. Los escuadrones antidisturbios que habían traído de otras ciudades, quedaron vestidos y alborotados, reza el dicho.

Lejos de querer destruir a Madrid, como se quiso hacer ver regando el chisme por el municipio, la movilización mostraba una realidad innegable: cada vez somos más los que nos preocupamos, nos organizamos y actuamos frente a este “orden” injusto.
 ♫♫Es un gobierno comprado mírelo usted 
Minas, tierras y petróleo los vende bien 
Tiene al pueblo mendigando no puede ser
 Vamos todos a vencer♪♪









lunes, 12 de agosto de 2013

Declaración Política Encuentro de Procesos Juveniles del Congreso de los Pueblos



“…aquí está una de las tareas de la juventud: 
empujar, dirigir, con el ejemplo la producción del hombre del mañana. 
Y en esta producción, en esta dirección, 
está comprendida la producción de sí mismos…” 
Che

Los días 10 y 11 de agosto en la ciudad de Fusagasugá (Cundinamarca) provincia del Sumapaz y tierra de Juan de la Cruz Varela, líder histórico de las luchas agrarias en Colombia, delegados y delegadas de los procesos juveniles Asociación Nacional de Jóvenes y Estudiantes de Colombia (ANJECO), Minga Juvenil Nacional y el Tejido Juvenil Nacional Transformando a la Sociedad (TEJUNTAS) se dieron cita para continuar el proceso de construcción colectiva, a partir de las iniciativas locales, regionales y nacionales. Convencidos de la necesidad de una nueva sociedad y de una nueva nación, declaramos: 


La crisis social, política y económica producida por el capitalismo y el reacomodo de las estrategias de dominación y control, profundizan el deterioro de las condiciones de vida de las clases y sectores populares a través de la muerte y el despojo en nuestros territorios. El papel que Colombia cumple en los planes de desarrollo capitalista, bajo el modelo neoliberal, introduce al país, a sus poblaciones y pueblos al saqueo y el desplazamiento. La especialización del territorio, en función de la acumulación de capital, se materializa en la lógica de una economía extractiva, que articula la relación campo-ciudad. Mientras los territorios rurales contienen los recursos perseguidos por el capital transnacional, las ciudades se constituyen como espacios en los que se coordina y desarrolla los proyectos de acumulación capitalista. El gobierno de Juan Manuel Santos le da continuidad a una política de guerra contra el pueblo, y acopla, a través de las locomotoras de desarrollo, los intereses imperialistas del capital con las políticas de dominación nacional. Dicha continuidad se enmarca en la histórica disposición oligárquica a dominar el pueblo colombiano y concebir el país como una despensa de recursos y materias primas. 


De esta forma la dominación ha sido un proyecto de la oligarquía impuesto en el territorio colombiano, al que se le ha contrapuesto un proyecto de nación y sociedad de los pueblos y comunidades que históricamente se le ha enfrentado. Esta lucha ha significado una constante represión al movimiento popular en sus variadas expresiones, que no ha dejado de resistir y defenderse; así, en los últimos diez años los sectores y clases populares han emprendido un proceso de recomposición con miras a fortalecer un proyecto estratégico de nación que funde las bases de una nueva sociedad erigida sobre las ruinas de la destrucción del capitalismo. La constitución de grandes plataformas de articulación nacional, de actores políticos con propuestas de país y las discusiones respecto a la unidad popular, dan cuenta de las posibilidades, los límites y los retos en esa apuesta. 


Con miras a dicha construcción de nueva nación y nueva sociedad, los procesos juveniles nos reconocemos como sujetos históricos y políticos, herederos de las luchas de los pueblos y llamados a darles continuidad histórica. Proyectamos la construcción de un movimiento juvenil a partir de la articulación, la movilización y el trabajo de base, y convocamos a su construcción al conjunto de la juventud popular. Este movimiento juvenil está orientado al fortalecimiento del movimiento social, partiendo de problemáticas y reivindicaciones propias, contribuyendo al fortalecimiento del bloque popular. 


En ese sentido, y partiendo de las experiencias de trabajo colectivas de cada proceso, proponemos los siguientes elementos para la construcción de una agenda política inicial, la cual proyecta elementos de nueva sociedad, respondiendo a las necesidades y problemáticas concretas de la juventud:


- Por la defensa de los derechos sociales de la juventud (salud, trabajo y educación) como elementos emancipatorios.

- Contra la militarización y la criminalización en defensa de la vida. 
- Por la soberanía nacional, la defensa, la permanencia y la recuperación del territorio por parte de los pueblos.
- Por la construcción de una cultura revolucionaria y para la emancipación. 

Partiendo de los elementos obtenidos de las discusiones sobre el horizonte político que nos convoca a la construcción de nueva sociedad y de movimiento juvenil popular, y de los planteamientos iniciales de la agenda política, nos convocamos a las siguientes acciones de movilización nacional:


- Movilización Nacional por la Objeción de Conciencia el 24 de agosto

- Movilización de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil el 29 de agosto
- Segunda jornada de la semana de la indignación a desarrollarse en octubre

Como juventud organizada estamos dispuestos a ganar el sueño de cambiar el mundo, destruir el capitalismo y propender por la construcción de una nueva sociedad. 


¡Por nueva sociedad, movimiento popular, juvenil y nacional!


11 de agosto de 2013, Fusagasugá, Cundinamarca, Colombia, Latinoamérica.


Minga Juvenil Nacional

Asociación Nacional de Jóvenes y Estudiantes de Colombia (ANJECO)
Tejido Juvenil Nacional Transformando a la Sociedad (Tejuntas)



jueves, 13 de junio de 2013

¡NOS ESTAN SACANDO LA PIEDRA!


El extractivismo minero en Cundinamarca y Bogotá

Por: Red Juvenil Itoco
Cantera Ciudad Bolívar (Bogotá)
El tema de la minería usualmente ha sido tratado en zonas alejadas del centro del país y asociado a conflictos que afectan directamente a poblaciones rurales. El departamento de Cundinamarca, a pesar de no figurar permanentemente en los escándalos cada vez mas comunes sobre minería (pese a que si los hay en este territorio), atraviesa por una profunda problemática en torno al tema de la extracción de minerales.

En el departamento de Cundinamarca, según el ministerio de minas y energía hay un total de 1.125 títulos mineros, legales, que se distribuyen, según el material explotado así:

Mineral
Títulos
Materiales de construcción
394
Carbón
291
Arcilla
226
Esmeralda
102
Hierro
20
Material de arrastre
15
sal
9
otros
68

Además de ello, según el mismo ministerio, existen otras 1.321 solicitudes de explotación sin pasar revista sobre los graves daños ambientales que ha generado dicha actividad productiva en el departamento. Entre otras y sin consideraciones de tipo social, según el ministerio de Ambiente, 82 de dichos títulos están ubicados en zonas de reserva forestal y en paramos, las regalías que dejan a los municipios son irrisorias y el daño ambiental causado es irreparable.

El departamento de Cundinamarca viene siendo explotado, tal y como se puede observar en la tabla de títulos mineros, principalmente para la explotación de material de construcción: un proyecto de desarrollo basado en el cemento tiene que extraer de algún lugar las materias primas y se ha encontrado en el departamento una buena reserva.

¿cuánto nos cuesta el progreso? Se pregunta la red de comunicación regional Bogotá-sabana, y la pregunta no es menor: mas allá de los balances entre aumento del PIB gracias a la minería, la generación de empleos y los mínimos impuestos que se le cobran a las empresas mineras, existe una problemática mucho mas profunda que tiene que ver con las afectaciones eco-sistémicas  que supone la explotación minera y el costo social que ya está cobrando.

“La excesiva explotación de las canteras trae un impacto ambiental alto, debido a la perdida de las montañas y los cambios climáticos que esto representa ya que si las montañas no están, cambiará el orden natural de las lluvias; el cambio del cauce natural de riachuelos y quebradas ocasionan inundaciones. Cual si esto fuera poco, tambien genera el desplazamiento de miles de familias que habitan estos territorios, familias que en una porción considerable ya han sido desplazadas de otras regiones del país.”[1]

La idea de aumentar la productividad a costa del daño ambiental y social es una caracteristica propia del capitalismo y es por esto mismo que la solucion a los problemas ambientales, sociales y a las consecuencias de la explotacion minera, no podrá darse en el marco del mismo capitalismo, es necesaria y urgente otra forma de producir la sociedad, pero esta tendra que ser gestada, no por los gobernantes que defienden a las multinacionales y su saqueo, tendran que parirla quienes han sufrido los daños: los obreros y obreras, los campesinos, campesinas, indigenas, estudiantes, maestros y las gentes mas humildes y explotadas.
¿mineria en bogotá?
Pareciera un chiste de mal gusto que una serie de empresas mineras realizaran una explotación inadecuada, torpe y ambiciosa generando unos huecos enormes de mas de cuarenta metros de profundidad en medio de una ciudad de mas de ocho millones de habitantes. que un rio que pasa por allí en una de sus crecientes halla inundado dichos huecos llenándolos de agua que estancada y con el tiempo empieza a generar un olor fétido que afecta a las poblaciones aledañas y que para colmo, las empresas responsables demandaran al gobierno de la ciudad por todo ello. No es cuento, esto pasa en Bogotá.

Al sur de la capital existen 107 canteras que explotan material para construcción, de ellas solo 7 están autorizadas para realizar tal actividad productiva. A mediados de la década de 1940 inició la explotación liderada por Cementos Samper sobre la cuenca del rio Tunjuelo al sur de la ciudad de Bogotá, cuando esa zona se encontraba desprovista de población.

Conforme el valor del suelo fue en aumento, las gentes mas humildes, que llegaban a la ciudad producto la situación de guerra o económica que vivía el campo, se ubicaron en dichas zonas, alejadas de la ciudad y en condiciones lamentables. Poco a poco la urbanización creciente hizo que tal como la fotografía muestra, la explotación de minerales quedara en medio de los barrios.

Tres compañías pisan actualmente el suelo y continúan explotando este territorio: Cemex (Cementos Mejicanos), Holcim (Multinacional Suiza) y la fundación San Antonio (propiedad de la arquidiócesis de Bogotá). Los procesos productivos llevados a cavo por estas compañías, al borde del rio Tunjuelo, hicieron que en el 2002, en una época de lluvias, el rio se desbordara inundando mas de 600 casas. Para prevenir una crisis mayor, el acueducto autorizó romper los jarillones y desviar el cause del río inundando las cárcavas, unos huecos enormes que las compañías mineras realizaban para extraer el material de construcción.

Hoy, diez años después, el agua que inundó dichos huecos sigue allí y mantiene no solo ratas e insectos que transitan entre las cárcavas y los barrios populares de su alrededor, sino que además desprende un olor fétido que puede y esta generando daños a la salud de la población circundante.

Pero no solo los huecos enormes de los que hablamos tienen a la población sufriendo las consecuencias de la explotación minera; El 20 de mayo de 2009 en horas de la madrugada, una remoción de tierra que provenía de la mina Tunjuelo, propiedad de la multinacional Cemex, arrastró unos dos millones de metros cúbicos de tierra. Dada la cercanía que tiene la mina de los barrios populares circundantes, el fenómeno logró afectar el área urbana generando una remoción de los suelos sobre los cuales se encontraban las casas de los habitantes del barrio Villa Jakie,  y tuvieron que ser evacuadas de la zona 100 familias de 82 predios. La explotación minera acabó con el barrio.

Entre muchas otras y sin contar con las pésimas condiciones laborales de obreros que son contratados como mano de obra barata y con contratos flexibles…  de este talante son las consecuencias de la explotación minera en Bogotá y Cundinamarca; existen una cantidad importante de pleitos jurídicos pero las políticas en materia de minería las hacen los abogados que antes o después tienen un cargo importante en alguna de las mismas multinacionales que explotan estos suelos. Una vez mas son la dignidad y voluntad de las personas organizadas las únicas que pueden ponerle fin a los dramáticos efectos de la explotación minera en Bogotá, Cundinamarca y el país.
Explotación minera en el sur de Bogotá



[1] Red Juvenil Itoco-Documento de trabajo, recorrido por el sur de Bogotá (cuenca del rio Tunjuelo)